Un blog en el que intento juntar palabras para decir cosas, normalmente insustanciales.

5/3/12

El inicio de los ego-relatos


La gran voz de Àngels Barceló me regaló el título para clasificar esos relatos cortos -por supuesto sin sentido, como todo en este mundo mio- que guardaba hacía tiempo. Estaba escuchando la tertulia de Hora 25 mientras esperaba en el coche una fría noche de Enero frente al Hospital Gregorio Marañón de Madrid -el porqué de estar allí no viene al cuento, pues es básicamente como todo lo que me rodea, insustancial-. Hablaban sobre la gran cantidad de blogs de moda que anidaban en la blogosfera, y de como muchos de sus creadores -en su gran mayoría chicas- habían conseguido llegar a un nivel tal de seguimiento, que captaron consiguientes contratos publicitarios y colaboraciones en ediciones de moda digitales, revistas, etc. Me llamó la atención, -más que el hecho de que pudieran permitirse vivir de las entradas de su cuaderno de bitácoras en la red y de que yo por supuesto  nunca podré hacer hucha de mis patéticas palabras-, cómo muchos de estos blogs podían encasillarse dentro de los denominados ego-blogs. Mi débil razonamiento llegó a comprender que l@s creador@s de este tipo de publicaciones se referían generalmente a moda y a tendencias descritas desde sus gustos propios a la hora de vestir. No es entonces de extrañar  que se apoyen gráficamente en sus propias creaciones y acompañen sus escritos y consejos con fotos personales. 

El concepto de blog hace de por sí efectivo el sentido del egolatrismo, y el caso es que esa denominación de ego, me gustó para darle nombre y forma a una sección que llamaremos EGO-RELATOS. No son más que relatos cortos escritos desde el punto de vista de un narrador en primera persona; porque sinceramente cuando tecleo -quien dice teclear dice aporrear- las letras para contar algo, aunque sea ficción y no comparta o no experimente los pensamientos o sentimientos expuestos, me cuesta mucho deshacerme de la focalización en una narración desde el yo.


Soy yo la que sigue aquí

Ahí va uno de estos ego-relatos, que hay que rellenar entradas y esta semana estoy muy vaga: 

Sentada leía unas notas que encontré entre los libros que parecían tener mucho tiempo encima, por el polvo, el olor y el tacto. Sin que nadie lo supiera, eché un vistazo. Escribí el final y me marché. Cerré la puerta a la vez que sonreía.
“Nos volveremos a ver, en algún lugar del tiempo... ¿Crees en las corazonadas, en el vuelco que te da el corazón cuando menos te lo esperas y no sabes por qué; aunque verdaderamente sientes que algo bueno va a ocurrir?

AL FINAL DEL DÍA TENDRÁS LA RESPUESTA.”

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