Un blog en el que intento juntar palabras para decir cosas, normalmente insustanciales.

12/3/12

COSAS que solo suceden en MADRID (II)

Hay cosas que como bien es sabido, solo suceden en determinados lugares como Madrid. Para empezar la certeza de que algún día volverás a esta encantadora ciudad no se asegura por tirar ninguna moneda sin mirar y hacia atrás a ninguna Fontana di Trevi. Es todo muy diferente a lo que sucede en Roma, la ciudad eterna. Aquí en Madrid tan solo necesitas haber venido en tu coche y salir sin él. ¿Porqué? pues sencillo, porque se ha estropeado y en algún momento -probablemente antes de lo que tenías previsto- tendrás que regresar a recogerlo.

Flayer casero
Pues eso, que en Madrid siempre suceden cosas extrañas. Dicen que las segundas partes nunca son buenas, pero si hay cervezas de por medio no hay miedo. La tarde del sábado Latinero tuvo una parada obligada en un bar de esos con solera, alicatados imposibles y olores a bacalao bastante salado y pasado. Peculiar donde los haya, la distribución de su espacio y su decoración eran pecata minuta para lo personaje que era su Relaciones Públicas. Si amig@s, habéis leído bien, este singular establecimiento que parece más para tomar carajillos que copas o cervezas, estaba abarrotado de jóvenes gracias a un chaval que desde la parada de metro La Latina, reclutaba a la gente con sus flayers caseros -la carta estaba escrita a mano y fotocopiada, no os digo más-. Su aspecto de andar por casa y su acento de castellano normalizado y alejado del cautivador deje argentino estaba acompañado de su manía por mostrarse un tanto toqueteador -y para qué me lo voy a guardar, daba un poquito de asquito-. 

El lugar dejaba que desear en cuanto a higiene y estética se refiere, pero hay que reconocer que sus malabares son dignos del reconocimiento que tienen las luchas entre pequeños y grandes comerciantes textiles. La hostelería casera tiene un problema todavía invisible y a base de tirar sus precios y ofrecer abundancia, hacen frente a las grandes cadenas cerveceras y taperas. El mecanismo del ingenio no acaba aquí, pues estos buscavidas, -que recordemos, parece ser que no tienen ni para ambientador- hacen del sentimiento español un gran recurso de ingeniería para tapar agujeros. He aquí la prueba:

tapando 'farrondones'
Si, queridos amig@, ante nosotros la pregunta del millón ¡¿qué es más inquietante, que para tapar el agujero usen una bandera con cinta aislante o lo de poner el suelo en la pared para decorarla?! Yo ya a esas alturas solo agradecía que el pack de 5 cervezas viniera muy bien preparado en su cubo con hielos y aguas para no perder la frescura.

Todo no queda aquí -que un día y medio en la capital dan para mucho-, y es la moda un tema imprescindible para hacernos una idea de las tendencias que se apoderan de la madrid fashion street. Es en el autobús nocturno, donde se observan las cosas mas interesantes e innovadoras del estilismo callejero, que en definitiva es el que nutre la moda. Anonadada -Carajote en sureño-, me quedé al ver un peinado de esos que van más allá de adaptar lo ya visto por la montera de Amy Winehouse -requisito imprescindible que como Amy debes tener una buena mata de pelo-. Imposible reírme y no solo porque estuviera sentada justo enfrente de la persona en cuestión -chica andrógina, que no viene al caso, pero es un dato-. No sé si voy a ser capaz de describir fielmente  como era ese peinado tan merecedor del título de objeto de mofa del año, ni voy a ilustrarlo porque claro está que no era plan de ponerme a hacerle una foto, porque la ostia fijo que me la llevo -tenía una cara brutota que no veas...-. Yo lo definiría como sistema bético y penibético perfectamente engominados y peinados. ¿Cómo?, tenía poco pelaje, pero ese poco le daba ni más ni menos que para diseñar monturas en dos niveles, vamos dos flequillitos montañosos, uno detrás de otro. Si se mira de perfil es fácil ver una pista de skate, con sus dos cúspides correspondientes, una a la altura del flequillo y otra en la coronilla. Un total look, en el que no podía faltar un lamimiento de vaca por las sienes -ahí bien estirado-

Por último quiero comentar que en esto de los estilismos sorprendentes también entra el diseño de interiores y el escaparatismo, fijaos que prenda más... no sé  ¿casual?:

Escaparate en la calle Barquillo
¿Qué opináis? Yo no acabo de verlo, me resulta un diseño para mostrar vergüenzas, pero igual esto solo es apto para torsos y pectorales de esos que parecen obra de manipulaciones genéticas más que de interminables jornadas en el gimnasio. Parece tener sentido que esta camisa -si se puede llamar así- no serviría más que a aquellos que deseen lucir palmito y mostrar las cualidades de esas prótesis mamarias masculinas que más que apetecibles dan yuyu -no me digáis que no-. 

Quiero pensar que esto solo es una provocativa campaña para llamar la atención del paseante porque al tirillas de la foto y a hombres similares no creo que les siente demasiado bien este atuendo, aunque he de decir que si aquí hubiera que elegir lo prefiero a los engulle asteroides: ¡donde va a parar!, no es lo mismo quedarse dormida plácidamente sobre el pecho de un chico teniendo la posibilidad de sentir un latido de corazón -cuanto daño han hecho las películas americanas-, que tener reservas a echar un sueñecito encima de un pecho petado por miedo a que el leve peso de tu cabeza lo haga estallar y reventar la piel cual mito de las prótesis que explotan en los aviones.

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