El curioso caso del orgullo español. ACTO 2

Ya dejé aquí apuntada, en uno de los anteriores post, mi posición -para algunos radical de izquierdas, pero es que no todos sentimos eso tan fuerte por España- acerca del rechazo que me produce la construcción del peor sentimiento de nacionalismo que desde ideologías totalmente destructivas se pretende fomentar, no solo en este país, sino en todos; no es más que ese patriotismo exacerbado que me da tanta vegüencita, y que en otros territorios no muy lejanos, una vez asentado como valor entre la masa, son abanderados por partidos ultraderechistas y cada vez más en auge -conocemos el miedito que eso da-.

Taquillazo a la española

Concluyendo -y utilizando esa figura literaria que ahora desconozco como se llama, pero que sierve para hilar dos temas porque sí-, tengo que decir que Santitago Segura está más de moda que nunca por su estupenda intervención en la gala de los Goya del pasado domingo. ¿A lo que viene esto? Pues aparte de que es un crack, ha demostrado como con humor del bueno supo reivindicar el reconocimiento que merece, porque su saga y su personaje, Torrente, no solo hacen sobrevivir al cine español con un reconfortante aporte a sus estadísticas, sino que hoy por hoy igual se hace necesaria su presencia como mediador internacional ante lo que ya se ha convertido en un hecho entre las pretensiones españolas en Downing Street. Estamos, de nuevo asistiendo al resurgimiento del dañado orgullo español en el ideario colectivo -primero enrabietamos con lo de los Guiñoles, y ahora con Gibraltar-. Estamos de nuevo bailando bajo el cántico de ¡Gibraltar español!. Que si, que tod@s de acuerdo que es nuestro, que es una deuda histórica, que los británicos se pasaron por el forro el tratado de devolución; pero yo certifico -antes era notaria- que si preguntaran, por no decir referéndum que está mal visto, a los gibraltareñ@s saldría un indudable respaldo a lo Britis. ¿Porqué? por miles de razones entre las que destaca que bajo la protección inglesa, hasta ahora se vive mejor. Yo me pregunto que si alguna vez el peñón llega a estar en manos de la madre patria, ¿será totalmente español, o podremos seguir teniendo la posibilidad de no pagar impuestos y crear cuentas fiscales paradisiacas?

Que quede claro que no soy el enemigo, no soy violenta, no soy anti-epañola; tan solo pienso diferente y creo -from my red point of view- que simplemente debemos mostrar un sentimiento de ciudadanía global compatible con la identidad local.