Un blog en el que intento juntar palabras para decir cosas, normalmente insustanciales.

24/2/12

DE AUDIENCIAS, TIEMPOS Y DOCTORES

Ayer por la noche estuve más de tres horas sentada delante del televisor -no penséis ¡que horror la caja tonta!, porque vosotr@s también lo hacéis y yo al menos tengo la escusa de que estudié esto y nunca debo dejar de lado la profesión, aunque no la ejerza en ninguna de sus variantes-. Si me conocéis sabréis que no fue por estar enganchada a alguna gala de estas de Gran Hermano, de Sálvame, o algo por el estilo -y con ello no menosprecio los gustos de nadie, ni supedito los míos a un higher level, que esto hoy va de otra cosa-. Si os digo que en todo ese tiempo ni me levanté a orinar, pues supongo que ya intuiréis qué canal tenía sintonizado.

Si, así es TVE, lleva un año sin financiación publicitaria y ahora con el recorte de 200 millones no haya para grandes milongas -a la pobre Mariló (El Mundo dio a conocer su sueldo de medio millón de €), le han bajado el sueldo un 40%-, y ha creado una especie de espacio de cine clásico para el prime time de los jueves. De este modo recupera esas grandes películas -según no se qué criterios de clasificación- de la historia del celuloide, que suponen menor, o ningún coste por derechos de emisión. Si hubieran puesto anuncios, igual yo no habría retenido tal cantidad de líquido en la vejiga y TVE hubiera hecho un 3x1, porque hubiera provechado para poner la peli en tres partes para no tenernos hasta altas horas de la madrugada cual saturday crazy party, pero como eso no se puede hacer pues nada -el típico atentado contra la integridad de la obra audiovisual y esas cosas del derecho de autoría...-, así que malgastas unos 180 minutos sin interrupciones de tu vida televisiva que no sirven ni para analizar audiencia, porque en mi casa, que yo sepa, no hay audímetros.

Paseándome por las ramas como de costumbre, hago un paréntesis para comentar mi teoría sobre los estudios de audiencia, porque yo podría haber hecho un doctorado con esta hipótesis: los medidores de audiencia no existen; porque ¿conoce alguien a alguna persona que tenga este caprichoso aparatejo en su casa? No, ¿verdad?; y ojo que directamente pregunto por conocer a alguien porque desde luego vosotr@s tampoco lo tenéis ni lo habéis visto nunca. Esta afirmación mía se basa en el hecho de que, en todos aquellos estudios relacionados con los Medios de Comunicación te dan toda la teoría respecto a esta herramienta -faltaría más-, pero es un instrumento misterioso, porque ni los profesor@s ponen fotos representativas, ni traen un ejemplar para que lo vislumbremos -claro que en la metodología powertponiana de nuestro sistema educativo enseñar un objeto físico con sus cualidades y usos, sería una total aberración, parece ser que es contraproducente-.

El audímetro, ese ser desconocido

Volviendo de las ramas, estas parrafadas que meto son proporcionales a la duración del mítico título que me tuvo ayer en ascuas, Doctor Zhivago. Respecto a este filme tengo unas cuantas apreciaciones que compartir, aparte de advertir que si os veis muy interesados por ver la peli -no creo que seáis de ese tipo de personas que se castiga a si mismo como yo, pero allá vosotros- no sigáis leyendo porque mis palabras pueden considerarse expoliers:

- Predecible; yo desde que vi aparecer la balalaika supe que iba a ser clave para el desarrollo de la trama (es que soy super avispada)
- No entiendo porque Yuri (el prota) envejece a pasos agigantados y Lara (la otra prota) no. ¿Qué pasa que los años y el frío siberiano no hacen mella en ella? Una explicación muy acertada que me copio de mi padre lo resume todo sabiamente, 'porque ella es americana'. Parece justa la afirmación, el Star System se las gasta así: ellas siempre tan monas, y ellos tan castigados pese a ser sufridores ambos dos.
- Si Shasa (hijo del prota) y Kathia (hija de la otra prota) son más o menos de la misma edad, ¿porqué Kathia crece y Shasa no?
- ¿Porqué lo abueletes de la peli son más viejos cuando son jóvenenes que cuando son viejos?
- Por último y lo más inquietante: ¿Pondrá Geraldine Chaplin la misma cara que el Dr. Zhivago cuando parece no reconocerse en un espejo, cuando se vea en las conversaciones del Banco Sabadell?
Omar Sharif como el Doctor Zhivago

Geraldine Chaplin en 1965
Geraldine Chaplin en la actualidad


PD: ¡Vaya vayvienes de amoríos -sosos porque me cuesta ver que están sugeridos, pero amoríos- entre revoluciones y guerras!, encima quedaba la  II GM, menos mal que para entonces él ya no estaba (vivo).

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