LAS TELEOPERADORAS SACAN LO PEOR DE TÍ

¿Os acordáis de Mariano? Y no me refiero al manostijeras que vamos a recordar por siempre jamás hasta que muramos sin habernos jubilado, sino a ese peculiar geniecillo de la pluma que hemos estudiado tantas veces en su faceta de periodista, crítico, satírico y literario en el romanticismo español –romanticismo no como enunciado tuentitero sino como periodo de expresión artística que pese a lo garrul@s que hemos sido siempre, también existió en España–. Si no os acordáis no pasa nada, estamos todos excusados gracias a la LOGSE -debería llamarse LO(G)SA, porque el peso y la mofa que nos ha dejado encima no hay quien lo aguante–. El caso es que el Mariano en cuestión, fue un señor que consiguió crear uno de los sencillos de mayor calidad, más veces reproducidos e injustamente no incluido en la lista de los hits de la historia de España: el famoso vuelva usted mañana. ¿A qué ahora empezáis a ubicarlo? Es decir esta frase y oye, que ya parece que se enciende la bombilla; seguro os acordaréis de los funcionarios, y espero que también de Mariano José de Larra.

Analizando la remasterización del material original, podemos observar que al vuelva usted mañana del siglo XIX le han hecho un lavado de cara que ni el remix del Estando contigo entre el obtuso Pitbull y la vivaracha Marisol. Mira que ya la excepcional frase connotaba y connota desenvoltura y chulería castiza, pero es que hoy su transformación es de tal maestría, que es capaz de dar valor hasta al escaso poder que tiene el silencio. 
Por ejemplo a tod@s nos jode, dedicar nuestro único día libre a realizar gestiones. Te levantas content@, dando un salto mortal, sales de casa con la sonrisa puesta a algún comercio, tienda o proveedor de servicios, y ahí desaparece todo atisbo del proyecto de día estupendo que tenías en mente. ¿Cómo un pos it en una puerta puede arruinarte un bello día? Fácil, si pone vuelvo en un segundo, te ha tocado el gordo.

(Y si no te gusta, dos tazas)

Tod@s sabemos que aunque nos cuenten la milonga de que hoy todo se puede solucionar por internet, que sin problema, que está todo informatizado, parole, parole, parole (min 1:20)... al final acabamos llamando por teléfono –si puede ser a un 902 mejor que mejor, ¡que para eso está el dinero, para tirarlo; con un par!–; con lo que te encuentras que con un simple pi pi pi –que te cuelguen el teléfono– te están diciendo en realidad: 
     
Pesad@, me importa un pito lo que te pase, me lo habrás notado ya en mi tono, mi ritmo y mis pocas ganas de ayudarte, así que te cuelgo sin explicación alguna y después de haberte tenido media hora esperando, pasándote con unos cuantos de compañer@s de los que más rápido y mal hablan; y lo hago porque me da la gana, y porque me gusta masoquear a gente como tú para que vuelva a llamar.


Ante semejante desplante, tú no sé, pero yo soy muy sentía y me empieza a entrar un requemor por debajo de la punta de la lengua que no veas, ni los chupitos bomba ni leches, solo me entran ganas de juntarme con lo chungos de los burritos-dragones de Shrek para montar un infierno en el que arda Troya y todo lo demás.
Y es imposible autocontrolarse, porque ahora se ha puesto de moda poner una teleoperadora con centralita hasta en la tienda de chucherías (¿Te imaginas? si desea hacer un pedido de Jumpers, pulse uno; si desea gominolas pulse dos; ¿quería usted caramelos de menta? espera que le paso con un compañer@...). Esta gente malvada que trabaja en las teleoperadoras te desenpolvan aspectos oscuros que ni siquiera sabías que tenías, hablar con ell@s te genera una tensión y unas ganas de morder que ni el fútbol oiga… sacan lo peor de tí.


Después de la combustión ya me vuelvo normal, ni rencor ni nada, no soy capaz ni de reclamar; solo me pasa como a Mourinho, no puedo dejar de repetirme ¿porqué?, aunque yo le añado a mi. También me balanceo insistentemente con las manos cruzadas en el vientre mientras lo repito todo seguido una y otra vez, porqué a mi, porqué a mi, porqué a mi...
A mí una vez me pasó, hace menos de un mes; me desahogué escribiendo:

A MOVISTAR, esa gran compañía:

…I’m happy knowing that you are mine, the grassis greener on the other side…

 Y tanto que eres 'happy', MOVISTAR, sabiendo que nosotros tus clientes –se entiende– somos tuyos. Somos tan tuyos que somos capaces de estar horas esperando, y desesperando escuchando esta, en principio –luego ya se vuelve tortuosa– pizpireta canción; y hablando y hablando con cientos de amables comerciales con los que casi siempre te despides por un desafortunado cuelgue de la llamada –seamos sinceros, lo hacéis queriendo–.

Yo hoy después de quedarme afónica gracias a tu servicio de atención al cliente, MOVISTAR, me pregunto sin hablar, si el día en que algunos de esos clientes fieles a tu despropósito incluso por lustros no os pertenezcamos, de verdad ¿seguirás siendo ‘happy’?  Cuando el espíritu chaquetero me asalte, y le doy una semana porque la venganza está invadiendo mi interior  por momentos, ese día… te seguiremos importando un poco, lo que viene siendo nada –eufemismo de una mierda–.

Lo que no me convence demasiado es el mensaje –¿subliminal?– que me mandáis; porque que me digáis que la hierba es más verde en el otro sitio (the grass is greener on the other side) … pues solo se me ocurre ORANGE, más conocida en sus mejores tiempos como AMENA , muy verde ella.

PD: ¿Lo de hoy no habrá sido una represalia por haber hecho el video navideño en homenaje a AIRTEL-VODAFONE, igual Hugo Chávez me confirma que estoy ante el típico caso de complot, no descarto que los EE.UU estén detrás de esto.

Como de costumbre no cumplí mis amenazas, sigo con ellos, si soy así de imbécil...