Un blog en el que intento juntar palabras para decir cosas, normalmente insustanciales.

10/2/12

L' AMOUR (fascículo 3 ) EN TIEMPOS REVUELTOS


Los tiempos están revueltos, más de lo que pudiéramos imaginar. El ambiente de desencanto con el que nos están cebando ha llegado a un punto en el que ya genera indigestión, a mí al menos me provoca ganas de vomitar.Podemos llamarlo corrupción y prevaricación, bipartidista ley electoral, recortes sociales, actitudes poco ejemplares -por no hablar de Casas Reales-, la Iglesia metomentodo, jubilaciones multimillonarias para ejecutivos de banca intervenida, salarios mínimos y minimizados -y da gracias si lo tienes-, tomar como referentes los esfuerzos impuestos en Portugal; lo que usted mande CEOE y lo que usted quiera, Merkel también; sin atisbo de memoria histórica -las heridas se cierren solo si hay justicia y memoria-, sentencia condenatoria al Juez Garzón... No tenemos más remedio que deprimirnos en la pérdida de toda esperanza de futuro. etc., etc., etc. 
Podría seguir pero entonces colapsaría la internet, y con estas pinceladas creo que ya sabéis por donde voy. Ante estas circunstancias de desencanto a las que estamos sometidos como sociedad, yo me pregunto si se pueden todavía escribir relatos agradables, que hablen de algo bonito como el amor -ya que recordemos que es el tema de la semana-. Es difícil para mí ponerme a imaginar sin que tan solo un recodo de mi mente se zafe del sentimiento de vergüenza que me alberga con respecto a este país en que vivimos. Y no levantéis la cabeza orgullos@s de esos triunfos del deporte español ante los gabachos -¡gente, que tan solo es humor!- porque España es ahora más que nunca, más que todo eso, es un hazme reír....

Noche estrellada (Van Gogh), muy representativa 

Después del videoblog, La voz de Alba, e intentando dejar a un lado la desolación, procedemos:

FASCÍCULO 3: L´amour en tiempos revueltos

“Él estaba dormido en el asiento trasero del coche. Aunque la capota estaba bajada, no le había visto porque estaba hecho un ovillo y quedaba oculto. En la radio sonaba el débil zumbido del noticiario, y Clyde tenía en las rodillas una novela policiaca abierta (…)”

Cerré el libro y sentí la necesidad de girarme y observarlo levemente. Expuesto, con la boca abierta, casi feo. Es inquietante como durmiendo hasta el más interesante de los hombres que hayas conocido jamás puede disipar todo su atractivo, y como la mujer que lo degusta con la mirada puede perder todo atisbo posible de pasión, y todo gracias a esa babilla que cae por una de las comisuras de los labios. Llegados a ese punto, mirarlo puede considerarse una prueba de fuego, puede ser la cara o la cruz hacia lo que será él mañana para ti y a como serás pasado mañana tú para él.

Pero quizás es auténtico ese sentimiento, y como estaba describiendo Truman Capote en su novela Crucero de Verano, cuando de verdad amas a alguien, el no poder quitar los ojos de su rostro mientras duerme, por muy desfavorecedor que sea, puede convertirse en un deseo de infinidad. Leí unas frases más “(…) Una de las muchas magias que existen es la de observar cómo duerme alguien a quien amamos: sin ojos e inconsciente, por un momento te adueñas de su corazón; indefenso, es entonces, por irracional que sea, todo lo que esperabas que fuese: puro como un hombre, tierno como un niño.”

Dejé el libro sobre la mesilla y apagué la luz. Mis ojos frente a sus párpados. Mi mente frente a su subconsciente. Pensé  ‘PODRÍA ENAMORARME DE ALGUIEN COMO TÚ’.

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