Un blog en el que intento juntar palabras para decir cosas, normalmente insustanciales.

18/2/12

El curioso caso del orgullo español


Este intento de artículo es totalmente subjetivo, lo cual quiere decir que se me ve el plumero; pero no puedo dejar de pasar estas convulsas semanas para plantear mi opinión al respecto:  


Decía Fito en una de sus canciones que ya no sabía si era él el que estaba cabeza abajo; pues eso mismo me pasa a mí. Existe un bombardeo constante, que si no fuera porque aquí no se usan armas que yo sepa -aunque el uso que se haga de la información pudiera categorizarse dentro de las de destrucción masiva y letales-, es casi comparable a lo que está sucediendo en Siria, porque es una realidad que está ahí pero casi como que no está reconocida. Pues a lo que vengo yo hoy, es a decir que ese petardeo incesante se me acumula en la cabeza, y fíjate que me aprieta el riego considerablemente porque, como he dicho igual siento que estoy cabeza abajo.


Yo ya no sé qué pensar cuando leo o escucho esas incomprensibles disposiciones que se instauran ante nuestras perplejas mentes, como únicas y posibles soluciones ante la situación de crisis económica, política y social  que vivimos; y es que a uno se le viene el mundo abajo, y el sentimiento revolucionario arriba.
La casta parlamentaria de este país sigue mostrando -desde su tribuna siempre- la rancia actitud de sus rancios políticos que tienen la total desfachatez de pedir a la sociedad un esfuerzo más cada día que pasa -como si el insulto no fuera ya abusivo-, y exigir encima, comprensión ante sus decisiones. Nunca un segundo de tiempo fue tan decisivo, pues es cuestión de que en unas décimas de éste, la bolsa de las vergüenzas crezca a un ritmo desenfrenado.


Leía en la edición digital del diario Público -podéis cuestionar la fuente por su color político, pero la información es la que es- que socialistas y populares anularon iniciativa alguna de limitar las pensiones públicas a expresidentes del gobierno y declararlas incompatibles con los ingresos privados. ¿De verdad les cuesta tanto hacer tan solo un 'esfuerzo'? Esto es solo un ejemplo del abuso al que estamos siendo sometidos y podemos dar gracias a los medios de comunicación que nos aseguran acceso crítico a este tipo de informaciones, aunque en ocasiones son fieles compañeros y sirvientes del poder, o simplemente son la herramienta utilizada para manipular u ocultar realidades. Digo esto porque me sorprenden las reacciones que se han surgido  en el caso de los sketchs de humor realizados por los guiñoles del Canal + Francia sobre el dopaje y el deporte español. La gran influencia de nuestros exitosos y respetados deportistas a los que aluden los muñecos de látex, en este caso es usada para difundir una imagen extorsionada de nuestros vecinos y crear así un ambiente de orgullo patrio y revanchismos.


Es un fenómeno extraño -más que las caras de Bélmez- porque parece más un urgente asunto de complejas relaciones internacionales que un absurdo total que ni siquiera debía haber sido considerado como se ha hecho. Se ha propiciado un ambiente exagerado de la ferviente defensa de lo español, porque el deporte nos duele mucho ya que quizás, es lo único que nos une como parte de un todo común, de ese todo que es lo más parecido a concepto y sentimiento de nación que algunos se empeñan en divulgar.
Intervienen embajadores, secretarios de Estado, presidentes del gobierno y hasta Reyes -qué campechano y que majo es- que esos de los guiñoles son tontos ..., y no nos damos cuenta de que, al menos para mí es la vieja estrategia de mantener a la masa ausente y distanciada de lo que verdaderamente importa: no dejarla pensar demasiado en aquello que no sea fútbol, toros y olé. Mientras haya un español humillado y su épica cuestionada -siempre que sea un héroe del deporte porque otros como Garzón no generan esta gran motivación y no parece tan digno merecedor de este respaldo institucional- minimizamos otras cuestiones como la reforma laboral, los recortes en sanidad y educación, la imprevisible y esperada presentación de presupuestos tras las elecciones andaluzas -pese a la advertencia europea de que sea cuanto antes-, la información concedida por Reuteurs -que el Gobierno ha desmentido y posteriormente confirmada de nuevo por la agencia, de prestigio y mundialmente conocida-, sobre que el Gobierno español supuestamente hubiera inflado las cuentas de déficit para sacar tajada una vez puestas en marcha todas la reformas y presentados los dichosos presupuestos para así mostrar una valorable reducción de déficit.   


Para mí esta es la estrategia, antigua pero que está muy vigente, que ha asentado las bases de las relaciones psicosociales y de control de la opinión pública y publicada; la más eficaz y sencilla forma de manipulación silenciosa, que te hace lucirte con bata de cola;  no es otra que la que tiene como principales protagonistas dos variables: Deporte y patriotismo.

Es una mezcla explosiva. ¡Tocar el deporte y el ego español, señor@s! Dos de los temas intocables. Y si encima los que se atreven a desafiar vía humor -recordemos esto siempre-, esa grandeza de la humilde  y exitosa cantera española son los gabachos,  esos europeos estirados y con afán de superioridad pues se monta la de San Quintín. Se construyen los cimientos de la peor de las formas de patriotismo, el nacionalismo exacerbado.




1879, una fecha para no olvidar.


Para volver al pasado estábamos preparados porque no es cierto que hayamos superado la etapa de transición, el oscurantismo es el mismo, pero quizás tras las elecciones el retroceso nos llevaría tan solo a 1996 y no a la Edad Media, que es donde solo nos cabría imaginar que los poderosos pudieran replantearse el derecho a huelga. Y ahí orgullosos español@s me gustaría recordar que nuestros vecinos nos llevan ventaja; la Revolución Francesa se planta como el gran acontecimiento político y social de la modernidad y a la consecución de sus ideales -libertad, igualdad, fraternidad- y del contagio de estos a los asientos de las democracias occidentales actuales, les debemos una defensa a ultranza, más en los tiempos que corren, y dejarnos de pamplinadas y conflictos infundados.





No hay comentarios:

Publicar un comentario